El posicionamiento de Movimiento Emancipador frente al Balotaje

Nuestra patria es América Latina

El ciclo que vivimos actualmente en América Latina ha sido fruto del accionar de los pueblos que protagonizaron el rechazo de las políticas liberales de saqueo, desde el Caracazo (1989) hasta Bolivia (2003). De ello surgieron gobiernos que habían participado en esas luchas y gobiernos que simplemente ocuparon el vacío de poder.

En  Argentina el proceso de resistencias y luchas se hizo visible con los primeros piquetes de desocupados, que abrieron las puertas a las grandes movilizaciones populares. Estas hicieron estallar los intentos de la elite y de la mayoría de los sectores políticos de construir un consenso liberal. El pueblo ganó las calles progresivamente, enfrentó la represión y produjo a fines del 2001 una de las revueltas populares más heroicas de nuestra historia abriéndose una etapa de cuestionamientos al sistema político y económico imperante. Esto sucedió hace tan solo catorce años.

Luego de estas luchas surgió un gobierno, tan comprometido con el pasado liberal como con las demandas de quienes habían sufrido el saqueo, que generó algunas reformas - aún muchas veces tibias, tardías y limitadas- que mostraban un camino correcto de revalorización del papel del Estado en el plano económico y social. Las políticas de regulación económica (retenciones a los productos agropecuarios, aranceles a las importaciones) y laboral (salario mínimo, vital y móvil; negociaciones colectivas de trabajo,; derogación de leyes de flexibilidad laboral) y la re-estatización de empresas y sectores privatizados durante los años 90’ (Aerolíneas Argentinas, YPF, Correo Argentino, AYSA y, de la seguridad social) son algunas medidas que entendemos se encaminan a la generación de un Estado más soberano e independiente.

Sin embargo, estas políticas al no cuestionar el grado de extranjerización, centralización y concentración del poder económico en nuestra estructura, congelaron la transformación de nuestro sistema político, dando sólo moderados dirigentes y posibilitando el retorno a la escena de versiones partidarias (PRO), que en un país que hubiera realizado verdaderas transformaciones estructurales a favor de los intereses del pueblo, no tendría la más mínima representación.

Hoy frente a la coyuntura electoral, nos toca optar por alguna de estas opciones.

Votaremos a quienes, más allá de sus dudas y sus contradictorias medidas, vieron y ven junto a América Latina el destino Argentino. Elegiremos a aquellos que se encuentran frente a las repetidas versiones de adaptación pasiva de nuestro país al orden mundial.

El 22 de noviembre votaremos por Daniel Scioli y Carlos Zannini.

El 23, seguiremos planteando políticas que impulsen el control de los resortes estratégicos de nuestra economía, como lo realizamos en el pasado, aún cuando gran parte de los agrupamientos políticos veían imposible avanzar en estos temas. Impulsamos  las Campañas: “YPF Luche y Vuelve, por una empresa 100% pública, 100% estatal”; “Ramal que Lucha, Ramal que vuelve” por la recuperación del ferrocarril;  “El ahorro Argentino para los Argentinos” por la Nacionalización de la Banca y el control del comercio exterior; Campaña por la Salud pública como derecho y no como un negocio privado;  la defensa de un sistema científico y tecnológico al servicio de los intereses nacionales, entre otras propuestas de Emancipación nacional.

Creemos que estas políticas acompañadas del protagonismo y la movilización popular, son la única forma de alcanzar el desarrollo de las capacidades del país y así asegurar la justa distribución social de su riqueza.

Nos cabe también el sayo a nosotros de no haber podido construir opciones superadoras, dando lugar a este profundo replanteo.